Elsa Suriel ¨Una mujer contigo¨


Che Finirá / Que ponga fin a…

El tiempo en que los candidatos a cargos públicos convencen a los votantes con falsos besos y abrazos, con promesas falsas y cínicas sonrisas y con la clásica palabrita, compañero usted es mi amigo y hermano terminara, porque la gente ha visto que el candidato o candidata que entra en su casa, come y bebe con ellos no es el mismo que le sierra el teléfono o que le ordena a la recepcionista, dígale que estoy en una reunión. El clásico cliché gastado de todos los funcionarios dominicanos que le hiede el pobre, después que ganan solo están para sus iguales o para los nuevos ricos como ellos, para los corruptos, para los narcotraficantes disfrazados de empresarios y para las amantes de turno, que desde luego son muchachitas o muchachitos menores que ellos, y que estos llaman viagarita. Es deprimente ver como después que ganan, nuestros políticos se encumbran a tal altura que les impide ver a quienes trabajaron y votaron para que ellos lleguen y se olvidan de que hay gente que se acuesta sin haber comido, otros que no duermen o que se quitan la vida por una deuda que se pagaría con lo que cuesta un de los caros vinos importados que los funcionarios toman en sus finas comidas. Se olvidan que hay hogares con niños enfermos y ancianos desnutridos, familias enteras que duermen en un colchón roto y mal oliente y sin una manta para protegerse del frió, mientras que ellos tienen en sus oficinas finas y caras alfombras para no ensuciar sus finos y caros zapatos. También son indiferentes ante la gran cantidad de mujeres embarazadas que ni siquiera pueden tomar una vitamina, y tantas otras injusticias que podrían solucionarse si nuestros funcionarios tuvieran corazón.

Finalmente el pueblo esta reconociendo todo esto y no esta dispuesto a dejarse usar como borrego o tontos útiles, por los perversos políticos. Cada día le será mas difícil burlarse de los pobres que lo idolatran y que ya esta viendo al santo sin el manto como lo que son verdaderas bóvedas blanqueadas por fuera pero llenas de podredumbre por dentro. Y si usted quiere comprobarlo valla o llame a una de las oficinas de uno de nuestros encumbrados veganos, o infíltrese en una de sus reuniones privadas que realizan los fines de semana, donde se juntan todos a beber y a comer para contarse todas las hazañas y diabluras que hacen, y va a ver y oír cosas no aptas para cardiacos. Pero afortunadamente este como los otros periodos terminara y el pueblo siempre tiene la última palabra y esto como todo en la vida Che Finirá.

POR ELSA SURIEL .

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